LA MUERTE DEL NIÑO
HERIDO
Otra vez es la
noche...Es el martillo
de la fiebre en las
sienes bien vendadas
del niño. -Madre, ¡el
pájaro amarillo!
¡Las mariposas negras
y moradas!
-Duerme, hijo mío. Y
la manita oprime
la madre junto al
lecho. -¡Oh flor de fuego!
¿Quién ha de helarte,
flor de sangre, dime?
Hay en la pobre alcoba
olor a espliego:
fue la oronda luna que
blanquea
cúpula y torre a la
ciudad sombría.
Invisible avión
moscardonea.
-¿Duermes, oh dulce
flor de sangre mía?
El cristal del balcón
repiquetea.
-¡Oh, fría, fría,m
fría, fría, fría!
Poesías de la
guerra
UNA
ESPAÑA JOVEN
...Fue
un tiempo de mentira, de infamia. A España toda,
la
malherida España, de Carnaval vestida
nos
la pusieron, pobre y escuálida y beoda,
para
que no acertara la mano con la herida.
Fue
ayer; éramos casi adolescentes; era
con
tiempo malo, encinta de lúgubres presagios,
cuando
montar quisimos en pelo una quimera,
mientras
la mar dormía ahita de naufragios.
Dejamos
en el puerto la sórdida galera,
y
en una nave de oro nos plugo navegar
hacia
los altos mares, sin aguardar ribera,
lanzando
velas y anclas, y gobernalle al mar.
Ya
entonces, por el fondo de nuestro sueño -herencia
de
un siglo que vencido sin gloria se alejaba-
un
alba entrar quería; con nuestra turbulencia
la
luz de las divinas ideas batallaba.
Mas
cada cual el rumbo siguió de su locura;
agilizó
su brazo, acreditó su brío;
dejó
como un espejo bruñida su armadura
y
dijo: “El hoy es malo, pero el mañana … es mío”
Y
es hoy aquel mañana de ayer...Y España toda,
con
sucios oropeles de Carnaval vestida
aún
la tenemos: pobre y escuálida y beoda;
mas
hoy de un vino malo: la sangre de su herida.
Tú,
juventud más joven, si de más alta cumbre
la
voluntad te llega, irás a tu aventura
despierta
y transparente a la divina lumbre
como
el diamante clara, como el diamante pura.
Campos de Castilla.